miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un par de cosas y Cronicas de la Verduleria

Un Par de cosas:
Primero voy a decir que Si tuviera que elegir un disco del año Seguramente para muchos estaria entre The Fame o She Wolf. Pero la verdad, es que como disco, hay uno que cubrió todas mis expecativas. Gralmente en los discos comunes está esa canción de relleno que ni bien empieza a sonar le damos al Next, esa balada trillada o ese tema que parece que se olvidaron de masterizar. Pero Tengo que decir que Ready for the Weekend de Calvin Harris, es uno de esos discos sin desperdicio. Es de esos que tenes todos los temas subidos al Celular, que cada uno es distinto del anterior, y hasta los interludios son agradables de escuchar, ademas que Me ENCANTA saber que es uno de los productores del próximo disco de Kylie. En fin, totalmente recomendable y mucho más limpio que I Created Disco.

Lo segundo que voy a decir y con esto no quiero aburrir. Tal como me pasó con Lily Allen, tuve la mala suerte de haberme perdido un INCREIBLE concierto, en este caso el del duo francés Justice. Por qué? Por lo poco que se difunde la escena Electro/Pop en la Argentina. Aparentemente si no vienen Madonna o Britney, el pop en las noticias no da mucho de que hablar. No obstante, hace 2 meses que vengo escuchando que Daddy Yankee va a tocar aca en Mar del Plata, y no es por desmerecer a este muchacho de nula insipiente no explotada calidad vocal y a su malón de pubertas descerebradas, pero creo que podríamos aunque sea un poco, balancear las publicidades de la AMPLIA escena musical.



Cronicas de la verduleria:
Una seguidilla de entregas en las que contaré alguna historia sin sentido de las que vivo en la verduleria.

La Frutilla
Era otra mañana común en la verduleria (? Se guardan las lonas que tapan los cajones, se prende la balanza, y se saca la frutilla de las cámaras de frío, para que se puedan exhibir. Unas Frutillas muy dulces, de muy buena calidad, sabrosas y jugosas. Pero como pasa todo, la Madre Naturaleza mete indiscriminadamente su mano esparciendo un poco del paso del tiempo en algunos de esos regalos regalos de la tierra. Por eso antes de exhibirlas se quitan las mas maduras para que solo queden las seleccionadas en un lote de un perfecto cuerpo rojo y hojitas verdes. Algunas mucho menos afortunadas, no solo son atacadas por ese fenomeno que llamamos putrefacción, sino que atentan contra ellas colonias de despiadadas criaturas unicelulares que carcomen esas bellas epidermis coloradas reemplazando las semillitas amarillas por pelos grises y nauseabundos. Pero hoy tuve la sorpresa de encontrarme con algo distinto, no eran frutillas viejas ni cubiertas por hongos. Era algo mucho más grande, se movia en todas direcciones con una desesperación parecida a la que tuviera uno si es presa de un Gigante de 1.72m, claro si es que medimos 0,1 mm. de pies a cabeza. Al principio lo mire con horror. Como podía haber llegado ahí? Después mas tranquilo lo miré y comencé a reflexionar acerca de su origen. Tenía los apendices característicos de un artrópodo? o eran las cilias características de un Annelido poliqueto? Era muy chiquito, apenas distincible, solo apto para aquellos que tienen la vista entrenada en buscar detalles sin sentido y haber visto muchas veces en un microscopio. Luego de las preguntas sin respuestas era hora de tomar una desición. En realidad no había ninguna desición que tomar, esa criatura algún día crecería y depositaria sus huevos en mis frutillas. Las larvas se alimentarian de los corazones de mi mercancia y daría lugar a más generaciones de desagradables seres pequeños que afectarian la economia de mi verduleria y la premium quality de mi fruta. Pero... De que era culpable aquella criatura? Era inconsciente. Sus dos Ganglios cerebrales escazamente desarrollados servian para dos funciones: Alimentarse, procrear. Entonces, porqué la iba a matar? Acaso era culpable de su primitiva naturaleza? Debería olvidarme que alguna vez el humano gozo de esa simpleza?....
-Agustín, te falta mucho con la frutilla?
-Ehh. nono, ya estoy.
Y con un dedazo se acabó el dilema.

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Recordó mi existencia